viernes, 1 de junio de 2018

SALVANDO A JOHN FINNIGAN

Fiebre, tenía mucha fiebre, no podía con mi cabeza, no podía levantarme de aquel frío suelo, quería recordar lo que me había pasado, quería recordar por qué estaba allí. Veía pasar a la gente por la calle pero nadie se acercaba a ayudarme, me miraban, me miraban muy fijamente y con el rostro serio, y pasaban de largo. Intenté levantarme pero la cabeza me ganaba en aquella lucha , y no la podía levantar, no podía , me superaba. No sabía lo que me había ocurrido, lo que había sucedido, solo sabía una cosa, que tenía veinte años y que me llamaba John Finnigan. MI cabello rubio y desmelenado me salvaba del dolor cuando chocaba con el suelo al no poder levantarme; la camiseta la tenía muy sucia, sería el significado de que llevaba mucho tiempo en esa acera, en esa fría y helada acera; intenté con mis fuertes piernas levantarme, subían, con mucha lentitud pero subían, me sangraban, las manos también  me sangraban, me dolían mucho, pero yo seguía, seguía intentando levantarme, hasta que lo conseguí. Empecé  a caminar pero me costaba mucho, tambaleaba por la calle, no sabía a donde ir, no me acordaba de donde vivía, hasta que pasó una cosa que cambió toda mi vida. Mientras que andaba como un vagabundo por la calle, sin rumbo, una persona con una especie de máscara en el rostro se acercó a mi y me empezó a hablar: 

- ¡ Corre, ven, ven, John ven! - me gritó la persona enmascarada tirando de mi-. Sé que no me conoces y que no te acuerdas de nada pero necesito enseñarte una cosa que te cambiará la vida.

Yo no dije nada, me quedé callado y le seguí. Me llevó hacia un solitario descampado, no quería que nos viese nadie: 

- Toma, ¿ ves este boli azul?- me preguntó, como si yo no lo supiera.

- Claro, sirve para escribir, he perdido la memoria , pero no soy imbécil- dije con cara extrañada, sin saber lo que pasaba.

- Vale , pero este boli no es de esos bolis que sirven para escribir. Este boli sirve para viajar en el tiempo.
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De repente, del boli surgió un enorme agujero negro. Antes de que pudiera decir nada, la persona enmascarada me empujó al agujero. En ese momento mi vista se nubló, daba vueltas alrededor de un enorme tubo negro , mis pies no tocaban el suelo, flotaba dando vueltas en aquel tubo. Me dolía la cabeza, sentía un dolor inmenso, como si me pusieran algo ardiendo en ella. No paraba de gritar, el dolor me superaba, hasta que, antes de que pudiera gritar otra vez, el dolor paró de repente, abrí los ojos y lo que vi me dejó sin palabras. Me encontraba en un hospital , con una  mujer dando a luz. Ella estaba muy contenta pero yo no sabía por qué la persona enmascarada me había mandado allí. De repente , todo se puso a oscuras, y , cuando la oscuridad se desvaneció me encontré con una chica, no sé por qué pensé que era la misma que había visto nacer poco rato antes. Era una chica morena, sus ojos parecían dos perlas azules, su era cabello largo y fino como la seda y sus pequeños pies parecía bailar dentro de sus grandes zapatos. Seguía sin saber el significado de aquel viaje en el tiempo. Pero la oscuridad volvió y , cuando volví a ver, vi algo que no me esperaba, me vi a mi, me vi a con la chica de antes, parecíamos los dos contentos:

- Y, ¿qué tal? ¿ Qué tal todo este tiempo?- preguntaba yo.

- Muy bien, pero sigo sin saber porque me querías ver después de tanto tiempo- respondió ella con un poco de miedo.

- No sé, quería verte morir- y le clavé un cuchillo mientras echaba a llorar.

 No me lo podía creer, yo había matado a esa chica y , nada más ver  lo que le hice, recobré la memoria.

Aquella chica era mi hermana y la mujer a la que vi dar a la luz era mi madre. Empecé a recordar que de chico me encerraron en un centro de menores por maltratar a mi hermana y por eso, cuando salí de allí, fui a matarla. Entonces vi que un hombre iba a por mi yo del pasado:

- ¡¿Qué le has hecho?!- me empujó a la carretera y un coche me atropelló. Más tarde una mujer me cogió y me puso en la acera donde desperté, en esa fría acera. Justo después volví a estar en aquel horrible túnel y, después de pasar otro mal rato, me encontré en mi casa, ya sabiendo cuál era, me metí y allí me encontré a la persona enmascarada. Me escabullí hasta la cocina y cogí un cuchillo, no quería ser quién quién era, era un monstruo:

- ¡ No John , no te mates!- me decía la persona enmascarada.

Yo no le hacía caso me iba a clavar ese cuchillo:

- ¡ No, John,  volvió a decir- ¡¡NO!!

Pero ya era demasiado tarde, no podía vivir siendo como era, no lo podría haber soportado. Pero, cuando me clavé el cuchillo, pude abrir los ojos. No veía bien, me había ido a otra vida pero no entendía por qué no veía, hasta que lo comprendí todo, no veía bien porque llevaba una máscara puesta; me encontraba en una acera frente a un chico tambaleándose de un lado a otro, ya sabía lo que tenía que hacer, no tenía otra opción, tenía que salvar a John Finnigan.

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